
Sabemos que la traducción automática es un terreno pantanoso, ya que hay mucho debate entorno a ellas. En muchas industrias se decide utilizarla de manera exclusiva para las traducciones que puedan surgir internamente, otras la combinan con traductores «reales», etc.
Lo que sí es una evidencia es que, en función de cómo se utilice y gestione, puede ser un gran aliado de los profesionales de la traducción. La industria está de acuerdo en las ventajas que conlleva utilizar las memorias de traducción (MT) para agilizar el proceso de traducción, pero no todo es perfecto. Actualmente, estos motores procesan miles de millones de palabras y, cada día, dan como resultado traducciones que, en general, no son lo suficientemente buenas.
Algunas empresas se han comprometido a cambiar gradualmente esta situación mejorando sus aliados tecnológicos, sus servidores, para mejorar la calidad de los resultados que lanza la traducción automática. Pero todavía hay mucho trabajo pendiente.
A continuación te mostramos una gráfica con algunas plataformas de traducción automática que podemos encontrar en el mercado:

Te suenan algunas, ¿verdad? La traducción automática puede ser una ayuda para agilizar el proceso de traducción (por no hablar de textos con terminología muy repetitiva o cuando hay que traducir numerosas cantidades de palabras). Lo que sí que puede llegar a ser un problema es cuando este tipo de herramienta se utiliza como intervención lingüística absoluta del texto a traducir. Seguramente, en algún momento de tu vida, te hayas encontrado con un error de traducción y has pensado que lo ha cometido una máquina. Hay veces en las que se confunde la utilidad de estas herramientas y, por defecto, se emplean los resultados de traducción directamente en páginas web o en sus productos. Una práctica con consecuencias económicas, de hecho, se ha comprobado que los consumidores no compran o no responden igual al servicio cuando hay errores y fallos lingüísticos. Esto crea desconfianza en el cliente.
Tras hacerse eco de este problema que afecta a numerosos sectores, ahora numerosas empresas tecnológicas y proveedoras de servicios lingüísticos se han puesto manos a la obra para ayudar con la preparación de datos, la evaluación de los motores de traducción automática y la implementación general de un programa de traducción automática en una empresa.
De hecho, la mayoría de los glosarios disponibles en el mercado siguen teniendo funciones de búsqueda y sustitución, pero ya estamos viendo cambios en este enfoque. Por ejemplo, DeepL lanzó en mayo de 2020 una función de glosario que permite a los usuarios definir y aplicar terminología personalizada. Pero eso no fue todo. También lanzaron nuevos modelos lingüísticos que transmiten con mayor precisión el significado de las frases traducidas, al tiempo que superan el reto de la jerga profesional específica del sector. ¡Un gran avance!
Estamos convencidos de todas las ventajas que nos puede brindar la traducción automática, aunque tenga sus pros y sus contras como hemos comprobado en esta entrada. Por eso, destacamos el papel fundamental que juega la persona traductora en la posedición. En algunos de nuestros másteres dedicamos asignaturas a esta práctica y os explicamos cómo trabajar con ella.
¡Hasta la próxima entrada!
Silvia Nieto