
Hoy en día, es poco común no estar presente en el mundo digital, ¿verdad? Los medios a los que antes accedíamos separadamente para informarnos como los periódicos, las enciclopedia, la radio o la televisión convergen prácticamente en un único objeto: el teléfono móvil. A través del mismo, también descargamos aplicaciones esenciales en nuestra comunicación diaria como las redes sociales (Whatsapp, Instagram, Twitter…). Cada una de ellas tiene un formato y una funcionalidad diferente, ofreciendo contenido muy variado por el que transmitir desde las últimas tendencias de moda hasta consejos para llevar una vida sana, entre otros. Con el grandísimo éxito de estos medios, las empresas no han tardado en sumarse al carro de las redes sociales e Internet implantando su presencia en línea.
Con aspectos a tener en cuenta como el algoritmo, la identidad visual, etc. surgieron nuevos perfiles profesionales para cumplir con esta nueva idea de mercado, el marketing digital. Son muchas las vías formativas que se pueden tomar para ejercer como profesionales en este interesante sector además de los propios estudios en marketing digital: a través de publicidad, periodismo, filologías y, por supuesto, traducción.
Traducción y marketing es una combinación bastante interesante y beneficiosa para quienes trabajen en ello, pues es una doble función que se puede ofertar a los clientes con presencia internacional.
¿En qué formatos se presentan?
¡Infinitos! Todo dependerá del contenido que quieras comunicar. Varios factores como la disponibilidad para crear el contenido, el público meta y las plataforma en la que se encuentren variará la estrategia y el diseño del contenido para que funcione. Por ejemplo, es muy poco funcional poner una imagen estática en tu canal de YouTube cuando la plataforma funciona con vídeos. Es necesario ir adaptando el contenido a la plataforma que se va a utilizar para que la información se diversifique y sea interesante, lo que puede resultar en más tráfico (visualizaciones), engagement (interactividad) y conexión emocional con el público objetivo.
Los formatos más utilizados actualmente para compartir la creación de contenidos son las publicaciones de fotos e imágenes con mensaje, reels, historias, vídeos, streaming en canales de vídeo, audiolibros, pódcasts, newsletters, memes, entrevistas, blogs, etc. (Acortamos para no hacer una lista infinita, de verdad).
Pero lo que sí que nos gustaría destacar es la gran aparición de dos estrategias de comunicación en el universo digital —por no hablar de la afluencia que está teniendo en los últimos años—: el copywriting y el storytelling. ¡Vamos a conocerlos!
¿Qué es el copywriting?
Para comenzar, el copywriting es la habilidad de escribir de manera persuasiva cualquier tipo de texto que para conseguir que tu cliente/objetivo ideal realice una acción. Esta técnica de redacción persuasiva ayuda a conseguir el objetivo que se haya planteado la empresa para la que trabajes o para tu propio negocio y su finalidad siempre será la de comunicar y vender.
Para conseguirlo, tendrás que definir ciertos aspectos como tu cliente ideal, con qué problema o necesidad puedes ayudarle a resolver y cómo vas a solucionar su problema. Además, tendrás que definir unas estrategias como el tono de tu discurso, lo que se materializará en cuestiones como si tus textos son formales, cercanos, inclusivos, etc.
Otro punto importante es que especifiques tu discurso lo máximo posible para poder crear un vínculo emocional y de identificación con el lector/a. Al empatizar, nuestra persona objetivo sentirá que somos las personas adecuadas para solucionar sus problemas o para trabajar codo a codo. ¡Son todo beneficios!
Pero, como en todo sector, los caminos se diversifican. Existen varios tipos de copywriting. Los más destacados son:
- Creativo: es el copy que ayuda a posicionar como referencia del mercado a una empresa, así como publicitar la marca.
- SEO: es el que ayuda a posicionar los textos en Internet, así como mejorar el algoritmo del sitio web y aparezca en los primeros textos de Google.
- Marketing: es escritura dedicada a la venta. Todo el contenido y mensajes que envía la empresa/marca para seducir a su público objetivo y conseguir que compren sus productos.
- Técnico: es el copy de especialización, es decir, textos que hablan sobre un tema muy particular.
¿Qué es el storytelling?
El storytelling es la técnica de narrar historias, como bien se traduce. Es el arte de transmitir toda la historia de tu marca/empresa, tus objetivos y lo que quieres desde un plano más emocional para conseguir un ambiente idóneo en el que se consiga conectar con el público meta el mensaje que estás transmitiendo. Puedes conseguirlo a través de la historia en distintos formatos, ya sea por escrito, por audio o en vídeo.
Esta técnica tiene una trayectoria específica para contar una buena historia: 1) construir un mensaje; 2) pensar en el ambiente; 3) identificar a los personajes; 4) plantear un conflicto y solucionarlo con el aprendizaje.
Al igual que ocurría con el copywriting, el storytelling plantea diferentes tipos:
- Ficción: narra unos hechos irreales en los que destaca el vínculo con la situación que atraviesa el personaje o los valores que representa.
- Histórico: cuenta la historia de tradición o reputación de la familia por la que empezó el negocio, así generan nostalgia y humanidad a la marca que representan.
- Situaciones reales de consumo: representan hechos o situaciones reales en las que el público objetivo se identifica o muestra su realidad. Son historias comunes que ayudan a conectar con la realidad.
- Valores de marca: ayuda a relacionar el discurso basado en unos valores concretos con la marca que representa. De esta manera, será una asociación muy clara y que ayuda a mejorar el concepto de la empresa/marca entre el público.
Para terminar, queremos destacar la función tan importante que tiene la creación de contenidos en la actualidad. Transmitir un mensaje con claridad y conectar con un público específico no se había diversificado tanto hasta hace unas décadas. Es un sector amplio, donde la creatividad reina en sí misma y donde los traductores y traductoras podemos aportar nuestro valor lingüístico.
¡Feliz verano y… nos vemos en la próxima entrada!
Silvia Nieto